Las imágenes de resonancia magnética (IRM) se han convertido en el método por excelencia para estudiar el cerebro neonatal debido a la gran calidad de sus imágenes que permiten la visualización detallada de la totalidad del cerebro neonatal, por la ausencia de radiación, y la disponibilidad cada vez mayor del recurso lo que simplifica su utilización.
La IRM consta de distintas secuencias que permiten estudiar la anatomía cerebral y reconocer la neturaleza de las anomalías que se pudieran encontrar en el estudio. Familiarizarse con cada una de ellas es importante no solo para una correcta interpretación de los hallazgos, sino también para poder elegir el protocolo ideal para cada paciente, sobre todo cuando se realicen estudios sin anestesia para limitar al mínimo necesario el tiempo de adquisición y evitar de esa forma artificios por movimiento.
La interpretación de las imágenes de resoancia magnética neonatal comprenden una complejidad extra respecto a la visualización de resonancias de niños mayores y adultas debido al ascelerado desarrollo del cerebro fetal y neonatal que produce cambios normales semana a semana. Es así que la IRM de un neonato de 37 semanas no será exactamente igual a la de uno de 40 semanas a pesar de ser ambos niños de término. Todo esto hace de la IRM neonatal un método complementario de excelencia, complejo, pero también apasionante.
Para quienes quieran profundizar en el tema les comparto el link de un reconocido libro disponible online sobre resonancia magnética cerebral neonatal de la Prof. Mary Rutherford.
